domingo, 8 de junio de 2008

Video de meta

Al fin he conseguido darle la vuelta al video. He tenido que grabar lo grabado, y ha perdido un poco de calidad de imagen, pero bueno, el que quiera, puede seguir viéndolo de lado.

martes, 13 de mayo de 2008

Prensa (escrita y digital) del 12 de mayo de 2008

Imágenes de la ciudad

Aquí quedan para el recurdo una selección de imágenes de Vitoria.

La Virgen Blanca

Plaza de la Virgen Blanca, vista desde la Plaza de España (o "Nueva", a su elección)

El Portalón

Plaza de la Virgen Blanca
Estatua de Celedón.
¿A quién representa realmente este personaje?
¿A Celedonio Alzola? ¿A Celedon Iturralde?

Plaza "Nueva"

Sábado 10. Llegada a Vitoria.


Desde el viernes está la aficción carbajalina en Vitoria, abriendo paso.
No pudieron tener mejor recibimiento, creo yo. Cuando les llamé para ver que tal había ido el viaje, me cogieron el teléfono desde casa de Susi y Natalia, con una tapita en una mano y un vinito en la otra (pondrían el manos libres, o son muy apañaos, no sé).
Salida nocturna y a reposar en casa de Kukov. Vamos, totalmente arropados por los residentes.

El sábado a mediodia llegamos a Vitoria en tren los Alcalaínos. Un poco apurada la entrada en el tren de cercanías, la verdad.
Si estábamos impacientes por correr ¿Para qué íbamos a esperar al domingo?. ¡¡¡Mejor empezamos ya!!!.
Después de una frenética carrera por el andén con maletas, sillas, mochilas a cuestas, ¡¡ Venga que nos da tiempo!! Isa, Charo, Esther y nosotros cuatro pillamos el tren de cercanías de milagro. Solo nos faltó tirarnos en plancha, oye.
El caso es que había otro tren diez minutos después... pero es que nos va la marcha.
El viaje en este tren se nos hizo un poco largo, tras el madrugón y el spring por el andén. Menos mal que nos acompañaban mis amigas en el viaje, porque así, entre hacerles una visita en el vagón de al lado y las galletas con chocolate de Isa, se hizo un poco más ameno.
Andrés había estado enfermo desde el jueves, con fiebre y con placas en la garganta, tomando Espidifren y Clamoxil. Y en el tren se mareó.
¿Creeis que en algún momento barajó la posibilidad de no participar en la carrera? No, eso no es para él:
"- Andrés, estás amarillo, no se si vas a poder correr.
- Bueno, a ver cómo me encuentro mañana.
- Oye, que igual tienes aún un poco de fiebre... No corras si no estás seguro
- Bueno, a ver como me encuentro mañana.
- Tu no te preocupes, que otras carreras habrá.
- Bueno, a ver cómo me encuentro mañana."
Y así podríamos seguir hasta el infinito. Él con su idea, ya sabeis, nada dado por perdido.
Por fin llegamos a la Pensión Amaia, en la Calle La Paz.
Unas habitaciones muy espaciosas y requetelimpias, aunque la decoración y el interiorismo no deben estar entre las aficciones de la dueña, porque las cortinas del baño de la habitación de las chicas parecían de la casa de la Barbie.
Ahora, el trato y el precio, estupendo, que es lo importante y el domingo nos obsequió con unas raciones de bollo casero que estaba delicioso.
En la pensión nos estaban esperando (sin flowers, pero con los brazos abiertos), Iñaki, Jorge, Kukov y Susana y más tarde, Natalia y Susi se ofrecieron a llevarnos hasta el Bulevard para recoger el dorsal. En el coche estaba Hugo con los ojos como platos, sin perderse detalle.
¿Qué más se puede pedir?
Arturo e Irene, vistiendo para la ocasión a "Marciano" y a "Alejandro Pérez", sus muñecos favoritos, que les acompañan a todas partes.

Sábado 10 por la tarde.


Susi, Natalia, Hugo, Iñaki, Jorge y Kukov acompañaron a Andrés a recoger el dorsal. En la foto superior, aparece un gráfico del resultado de una prueba que le hicieron en la Feria del Corredor. Si os fijais, el resultado es bastante bueno, destacando en dos aspectos en los que está al 100%:
1) Percepción del estado físico (Imposible is nothing, "Bueno, a ver como me encuentro mañana") y
2) Apoyo social. Este está claro, porque no creo que ninguno de los que corrieron tuviera tanto apoyo como él. Y eso que los que le hicieron la prueba no vieron ni a la mitad de los que le acompañaban.


Las chicas y los peques nos quedamos con Susana, que nos guió por "la almendra", el centro histórico de Vitoria. Es la primera vez que nos llueve, pero íbamos preparados para la ocasión.

Un paseo muy agradable y sorprendente, por el contraste de estilos entre las viejas edificaciones y las nuevas construcciones.

Nos queda la duda de si este efecto es deliberadamente buscado o si la funcionalidad ha primado sobre la uniformidad estética (en el caso de las escaleras mecánicas está claro, pero que prácticas eran ¿Eh?.)

Nos quedamos con las ganas de visitar las zonas verdes, que por lo visto son muy numerosas, pero es que disponíamos de muy poco tiempo.

Hay que volver, que supo a poco.

Tampoco fué posible visitar la Catedral, que estaba en obras y para la que hay que pedir cita con mucha antelación, pero el recorrido mereció la pena, en cualquier caso.

Muy bonita Vitoria: el centro de la ciudad pensado para el peatón, multitud de personas que emplean la bicicleta y no el coche para desplazarse.

Para los que residen en Vitoria, esto último no parecerá especialmente reseñable, pero desde luego sosprende mucho a los que vivimos en Alcalá, que sólo tenemos una calle peatonal (La Calle Mayor) ¡Y exclusivamente los domingos!.




Empezamos en la Plaza de la Virgen Blanca (en la que por fín logró Isa hacerse una foto)





Allí donde vamos (ya pasó en Lisboa) lo que más le gusta a los niños es correr detrás de las palomas y como había muchas, hicimos unas cuantas paraditas para que echaran unas carreritas y se desfogaran un poquito, que llevaban muchas horas de viaje.




Composición fotográfica que a mis amigas les recordaba a la portadas de "La oreja de Van Gogh".



Otra foto de grupo del mismo estilo desordenado que la anterior.

A lo mejor marcamos tendencia: fotografía "casual".






En todas las marato-excursiones nos da por un sitio y pasamos cien veces por ahí. Esta vez nos dió por la Plaza de la Virgen Blanca.

Ya hemos tenido que despedirnos de Susana quien, por desgracia, no podía quedarse más tiempo. Un besazo Susana, que me alegró mucho verte. A ver si coincidimos en verano (y logras convencer a tu niña de que salir con nosotros no es tan aburrido como ella piensa)




A reponer fuerzas toca. Instantes antes Iñaki y yo tuvimos nuestros mas y menos por culpa de una galleta de chocolate ¡Mi tesorooooo...!.

Que no es que no te la quisiera dar, corazón, que fue un malentendido.




Como no eres rencoroso, el episodio de la galleta, no impidió que en el bar te dedicaras a entretener a los niños con el móvil. Se lo pasaron en grande los peques.



Vaya dimensiones las de tu cerveza, Esther.

Que estamos en Vitoria ¡No en Bilbao!.

Sábado 10 por la noche.


En el Restaurante Asador Argote, acompañados los habituales por Amaia, Laura, Irene, Ángel y Kukov.
En estas fotos ya estamos en los postres, después de haber dado buena cuenta de la comida (cocinada a fuego muy, muy, muy lento, a juzgar por el tiempo que tardaron en servirla). Al menos mereció la pena la espera, porque las chuletas estaban deliciosas.




Hombre, el Goxua ( o Jósuaaaaaa para los amigos).
En el Restaurante estaban bien preparados. El juego de los monos saltarines vino como agua de mayo, porque Irene se estaba revolviendo en la silla y Arturo llegó incluso a quedarse dormido antes de que trajeran el primer plato (y despertó al olor del chorizo picante). El domingo, cuando cenamos solos los cuatro, teníamos una reserva en otro restaurante, pero volvimos aquí, porque a los niños era imposible convercerles de ir a otro sitio que no fuera "el bar de los monos".

Andrés, siempre haciendo esfuerzos para no perder la fama de despistado que tiene.
Como no queríamos llevar mucho equipaje, sólo se echó al bolso un par de zapatos... pero eso sí, cada uno de un color. Al menos no eran los dos del pie derecho.

LA CARRERA. Domingo 11 por la mañana.

Fuente: elmundo.es



Pues aquí lo tenemos, dorsal 470.
Se acostó sin saber si iba a estar en condiciones de tomar la salida, se pasó la noche sudando como un pollo, pero se ha levantado fresco como una lechuga.
No me pregunteis como lo hace, porque no tengo ni idea.
Querer es poder, dicen.

Este es el "grupeto" con el que recorrió gran parte del recorrido.

Esther Rodríguez y Alejandro Pérez, amigos y residentes en Alcalá de Henares.
Esther se convirtió en la tutora de Alejandro Perez, porque su "mamá" oficial, Irene, no cumplía adecuadamente sus funciones.
Ni sabemos las veces que el pobre Alejandro se cayó de cabeza al suelo, y qué decir de los paseos que se dió desnudo por Vitoria, con el frío que hacía.
Menos mal que Esther se adjudicó la custodia temporalmente, porque de otro modo, no sé que hubiera sido de él.
Los primeros de la mañana, a punto de desfallecer.
Después del madrugón que nos hemos dado, nos ha costado más de una hora encontrar un sitio donde desayunar con los niños. Todo cerrado. Hay que ver lo bien que se debe de vivir en Vitoria, porque los horarios también son un síntoma de bienestar.
Por fin encontramos el Casablanca, desde donde asistimos en primera fila al Txiki Maratón.
Iñaki, Jorge y Kukov casi se dan de bruces con el maratón al salir de casa. Pronto se reunieron con nosotros.



En la calle de Eduardo Dato, cerca de la línea de meta.
Isa y Esther se fueronde allí pitando a otro kilómetro anterior de la carrera para animar a Andrés (pues, salvo él mismo, nadie estaba seguro de que fuera a terminar la carrera).
En cuanto pasó por allí, nos llamaron para decirnos el tiempo y la posición que llevaba. Y otra vez pitando a la línea de meta. Llegaron sudandito, las pobres.
Ay Dios mío. Que caras... No se que estaría pasando en este momento.


Irene y Laura se han unido a nosotros, para ver el final de la carrera. Después de la llamada de Isa y Esther ya sabemos que Andrés va a terminar y estamos expectantes.






Fuente: elmundo.es
El ganador de la prueba, Michael Chemchir.
El grupeto.
Puedo decir, sin temor a equivocarme, que este ha sido uno de los momentos más emocionantes en la vida de Arturo.
Vaya nervios que pasó el pobre, mientras esperaba a pie de valla, dando saltitos para calentar los músculos.
2:56:55 Puesto 57 Los fanstasticos de Vitoria.
Con el gran Abel Antón.