martes, 13 de mayo de 2008

Sábado 10 por la noche.


En el Restaurante Asador Argote, acompañados los habituales por Amaia, Laura, Irene, Ángel y Kukov.
En estas fotos ya estamos en los postres, después de haber dado buena cuenta de la comida (cocinada a fuego muy, muy, muy lento, a juzgar por el tiempo que tardaron en servirla). Al menos mereció la pena la espera, porque las chuletas estaban deliciosas.




Hombre, el Goxua ( o Jósuaaaaaa para los amigos).
En el Restaurante estaban bien preparados. El juego de los monos saltarines vino como agua de mayo, porque Irene se estaba revolviendo en la silla y Arturo llegó incluso a quedarse dormido antes de que trajeran el primer plato (y despertó al olor del chorizo picante). El domingo, cuando cenamos solos los cuatro, teníamos una reserva en otro restaurante, pero volvimos aquí, porque a los niños era imposible convercerles de ir a otro sitio que no fuera "el bar de los monos".

Andrés, siempre haciendo esfuerzos para no perder la fama de despistado que tiene.
Como no queríamos llevar mucho equipaje, sólo se echó al bolso un par de zapatos... pero eso sí, cada uno de un color. Al menos no eran los dos del pie derecho.

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